GULA Y LUJURIA

La gula , en mi humilde opinión, otro de los más divertidos pecados capitales. Ya se que últimamente no está de moda defender la gula, dada la invasión de modelos anoréxicas y comida light que estamos sufriendo, pero, quién dijo que debamos de defender siempre lo políticamente correcto, no?. La gula está de capa caída, es cierto. ¿qué ha sido de aquellos gloriosos tiempos en que la modelos de pintura retozaban alegremente sin miedo ninguno a mostrar sus opulentas carnes? ¿qué ha sido del "caballo grande, ande o no ande? ¿qué…?. Occidente se derrumba bajo el peso de los trillones de dólares de pib, la alta tecnología y la falta de ideas de un sistema político que se está quedando sin nada nuevo que ofrecer. Y uno de estos símbolos, sin duda, de esta pérdida de valores es la demonización que en nuestros días se hace de la gula. Así que los animo, compañeros , a no dejaros llevar por esa corriente decadente de intolerancia hacia la gula. Vale, puede que sea un pecado, incluso capital, pero eso la verdad es que ahora no afecta demasiado al devenir de la vida moderna. Lo grave es la hipocresía que mueve a la gente a mirarte mal cuando te ejercitas en tan suculento pecado, mientras piensan lo desgraciados que son comiendo hierba y peces a la plancha sin sal.
Y nuestr querida gula, va, inminentemente de la mano con l más divertido de los pecados capitales, para la mayoría de los mortales, es sin duda este de la lujuria. Gran mérito si consideramos que por otra parte, los pecados capitales en si , suelen ser, cuando menos , bastante divertidos. Quién no ha saboreado un cuarto (o una mitad) de cordero, o una deliciosa-asquerosa fritanga de salchichas radioactivas, por comparar con la gula..o una buena discusión a gritos por teléfono con algún cretino . Pero en fin , toca hablar de la lujuria, y aunque dispersarme es uno de mis hábitos más arraigados. Desde esta plataforma, reivindico la acción de la lujuria como elemento unificador de la humanidad, como elemento de relajación frente al stress reinante en nuestra tecnocratizada sociedad, en fin, como elemento de libertad individual, y , además, solicito la liberación de la lujuria de su estigma de "pecado". La lujuria es un pecado, cuando menos curioso, dado que todos los pecadores se pueden definir como "consumidores satisfechos".Y esto es una cosa que no se puede decir de la mayoría de las virtudes...pero eso es otra historia y , como tal, será contada en otro momento.
(TEXTOS TOMADOS DE www.tiffotos.com /hedonismo del camarada Julius)

viernes, 21 de septiembre de 2012

Huevos rotos con gulas al ajillo

Ingredientes: 1,5 k de patatas-papas, 8 huevos grandes, 3 cebollas grandes, sal y pimienta (al gusto), aceite de oliva, 200 g de gulas, 2 dientes de ajo, 1 guindilla-chile de árbol, 1 cucharada de miel. Elaboración: Pela las patatas, lávalas en agua fría y córtalas en rodajas de medio centímetro (estilo 'patatas panaderas'). Sécalas con papel absorbente de cocina y reserva. Ponen una sartén bien grande al fuego con el aceite de oliva. Calienta el aceite y echa un pedazo de patata y cuando salgan burbujas añade el resto. Fríe a fuego medio durante unos 10-12 minutos aproximadamente. Es importante que no queden muy crujientes pero tampoco cocidas, tienes que ir pinchando para saber cuando están en ese punto medio.Retira las patatas con una espumadera y escúrrelas bien, salpimienta y reserva en una fuente. A continuación, carameliza la cebolla con un poco de miel. Para eso, pela las cebollas y córtalas en rodajas muy finas y ponlas a freír en una sartén con aceite a fuego bajo. Cuando veas que empieza a soltar agua sube un poco la temperatura para que se dore. Baja el fuego, salpimienta, remueve con una cuchara de madera durante unos 5 minutos y añade 1 cucharada grande de miel. La clave de esta receta está en los huevos. Añade a la misma sartén 1 cucharada de aceite de las patatas y fríe los huevos sin que terminen de cuajarse; no deben quedar muy hechos (la yema debe quedar líquida). Añade a la sartén la cebolla y las patatas y rompe los huevos con una cuchara de madera. Para preparar las gulas: Pica los dientes de ajo en trozos muy pequeños. Añade un buen aceite a la cazuela y sofríe el ajo a fuego lento durante 1 minuto. Introduce las gulas y remueve todo con suavidad para mezclar los sabores durante unos 2 minutos, añade el chile de árbol para darle el gusto picantón al plato. Echa sal y pimienta.

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